Clara Sanz: “La revolución digital es la de las personas, el reto no está solo en la tecnología”

Cuestión ancestral. Reto mayúsculo. Desafío constante. La brecha de talento en el sector tecnológico es un histórico a lo largo y ancho del globo. Son innumerables los informes y estudios que versan sobre este tópico, concluyendo con la necesidad imperante de reparar la fisura en torno a la colaboración. Tomar cartas en el asunto se ha convertido en una de las grandes prioridades de administraciones y corporaciones, especialmente teniendo en consideración el contexto actual. Un escenario que tiende hacia la digitalización, la automatización de procesos, la innovación y el irrefrenable desarrollo tecnológico. “La revolución digital es la de las personas, el reto no está solo en la tecnología”. Con estas palabras, la secretaria general de Formación Profesional, Clara Sanz, aborda la gran asignatura pendiente de un sector que avanza a pasos agigantados y que demanda profesionales capacitados a un ritmo vertiginoso.

Durante la tercera jornada de #Santander37, el tradicional encuentro que celebra la patronal Ametic en Santander, Sanz defendía con un enfoque predominantemente humanista que, “en esta nueva economía, la clave son las personas”. En la actualidad, decía citando informes expertos, en torno al 15% de los empleos se encuentran en una situación “inevitable” de automatización. Esto, proseguía, implica “redefinir sus competencias digitales”. Aunque hoy en día están desapareciendo empleos a causa de la irrupción y adopción de nuevas tecnologías de vanguardia, están apareciendo otros puestos vinculados a sectores referentes. Con datos en la mano, la secretaria general de Formación Profesional, cartera dependiente del Ministerio de Educación y Formación Profesional, aseguraba que “el 85% de los empleos en 2030 no existirán”. Por el contrario, incidía, “se crearán 150 millones de empleos relacionados con la tecnología en Europa”. La gran apuesta, por tanto, radica en definir cómo disponer de nuevos profesionales con las competencias tecnológicas adecuadas.

Una hoja de ruta que debe emprenderse pronto, dado que la brecha tecnológica va a seguir creciendo a medio plazo: “Aumentará la falta de talento con la pérdida de profesionales de la generación baby boom, que actualmente constituyen el 28% de la población activa”. Además, para 20230, el 65% de los empleos van a requerir de un perfil técnico o técnico superior. Precisamente por este motivo, Sanz dirigía el foco hacia la formación profesional. “Desde el gobierno hemos hecho una apuesta de país para obtener esas capacidades y manejo de herramientas digitales que nos permitan posicionarnos” a la cabeza de la vanguardia. Para ello, comentó, “hemos puesto en marcha un nuevo sistema de formación viable a lo largo de toda la vida profesional de upskilling y reskilling”. Dan alas así desde el Ministerio de Educación y Formación Profesional a una formación profesional “moderna” y en “permanente actualización”.

Ley de FP, clave para encarar el futuro

Para lograrlo, la secretaría general puso en marcha la nueva Ley de Formación Profesional, dotando de un carácter dual a la educación de los trabajadores del mañana. “Conectar la formación con la realidad laboral era una deuda histórica. Una de las mejores fórmulas es sin lugar a duda que las empresas contribuyan en los procesos de formación”, alegaba Sanz. En este sentido impulsaban más de una treintena de nuevas titulaciones con el punto de mira puesto sobre sectores emergentes como la ciberseguridad, el big data o la inteligencia artificial. Asimismo, aseguraba que la nueva normativa introduce el emprendimiento, la sostenibilidad o la digitalización entre el temario formativo entregando así valor añadido.

“Este es el año en que se va a producir la mayor oferta de formación profesional en nuestro país”, declaraba Sanz. “Trabajamos en una formación flexible, por lo que insto a las empresas a acercarse a la FP para detectar y cubrir necesidades”. Concluía asegurando que la formación profesional es la “llave” para hacer frente al nuevo escenario, “de nuestra capacidad de adaptación dependerá el futuro”.